Desde que tuve la oportunidad de hacer mi primera foto, hace ya mucho tiempo, me llamó la atención la fotografía. Recuerdo que de pequeña cogía los teléfonos móviles de mis padres y les llenaba la memoria con fotos y videos. Hacía fotos de todo lo que veía, ya que sentía curiosidad por ver las cosas a través del objetivo de la cámara. Me recuerdo tumbada en el suelo haciendo fotos de las patas de la mesa desde una perspectiva diferente y divertida. Pero es hace unos años cuando me enamoré realmente de la fotografía y de todo lo que implica.

Ahora no son tanto las fotos extravagantes las que me gusta hacer, sino aquellas con las que conecto emocionalmente.
Interpreto la realidad a través del objetivo. Miro, observo y la sensación que me produce es lo que intento plasmar en cada disparo. Mis imágenes son muy subjetivas y, por lo tanto, muestran una parte de mí. Siempre parto de una emoción, una sensación...